Como latinos evangélicos, procuramos responder a las necesidades de nuestras comunidades en todo momento. Ejercemos con amor el ministerio de compasión a través de visitas a los enfermos en hospitales y visitas a los ancianos. Damos con gozo a las misiones foráneas y realizamos nuestro trabajo de evangelismo y discipulado con pasión.
A esto le llamamos llevar un mensaje de esperanza al mundo de un Dios de amor y misericordia. Cuando vamos a la Biblia, la palabra misericordia, en muchas ocasiones significa justicia. Además, la Biblia nos dice que Dios es un Dios de amor y de justicia.
Como cristianos, somos llamados a no solo predicar el Dios de amor, pero también al Dios de justicia. Como bien dice en Mateo 6:33 “Busquen primeramente el reino de Dios y su justicia y todo lo demás vendrá por añadidura”.
Llevar un mensaje de justicia tiene un precio, no es solo practicar actos de compasión. Para llevar un mensaje de justicia y ponerla en práctica hay que hacer lo que es correcto aunque conlleve sacrificios y nos cueste pagar un precio.